Defender nuestras señas de identidad (una España integradora, una juventud creativa, una gobernabilidad solidaria y democrática, la igualdad de oportunidades y el conocimiento como fuente de enriquecimiento individual y colectivo, en la defensa de los débiles) no pueden constituir ideas trasnochadas, sino la bandera que guie a una sociedad a sus mayores cotas de progreso.