En estos tiempos de recogimiento, producto de un forzado arresto domiciliario al que me veo sometido
en causa del maldito y, a buen seguro, propiciado virus importado de China (COVID-19), imbuido en
la melancólica desesperanza con la que recibo los interminables disertos gubernativos sobre su
desarrollo, me he dado la placentera satisfacción de releer uno de los muchos libros-ensayo (“LA
TENTACION TOTALITARIA”2) que conformaron mi formación intelectual universitaria, a la sazón, mi
pensamiento crítico más allá del ideológico imperante al uso (finales de los 70). Y así gustaría que lo
interpretara de inicio el sufrido y agradecido lector que me distingue con la lectura de este artículo,
cuando de inicio avanzo que sus dos primeros capítulos titulan: “1. El socialismo y sus enemigos” y “2. El
deseo del totalitarismo”.
