Puigdemont y su búsqueda del aforamiento

Puigdemont y su búsqueda del aforamiento

Toda España y medio mundo saben que Carles Puigdemont parece que se haya propuesto llegar a la inmortalidad no sé muy bien sustituyendo a quién porque a Hitler lo tiene muy difícil y con Franco también ahora que parece que el gobierno y adláteres se han propuesto resucitarlo. Antonio Banderas dijo: “Hoy día Franco está más vivo y presente que en el 78”.   Efectivamente dejémoslo descansar de una vez y hagamos las acciones necesarias para que esté donde sea mejor para el olvido de forma discreta y sin luces y taquígrafos.

Pero volvamos al delirante Puchimocho según las voces del pueblo. Fugitivo en Bélgica, viviendo la sopa boba, sin nada que hacer más que enredar y envenenar todo lo que su perversidad le permite, ahora quiere presentarse como Eurodiputado para intentar un imposible aforamiento, puesto que nadie le va a aceptar recibir su Acta de forma no presencial en el país que le vota, y, si pisa suelo español, antes de que desenfunde su pluma lo van a detener y llevar a la cárcel preventiva de forma inmediata. Y claro, tendremos protestas, lío en la calle por la secta separatista y un nuevo juicio que durará quién sabe cuánto tiempo sin que se pueda sanar la enfermedad por hastío y olvido.

El error de las autoridades españolas confiando en los Mossos d’Esquadra y dejando que se fugara de forma infantil es tan monumental que ha permitido que el conflicto adquiera proporciones para nada deseables para nuestro prestigio como españoles y credibilidad ante los organismos internacionales europeos. Lo cierto es que lo tenemos paseando el palmito como si de un itinerante predicador se tratara ante infectados por el nacionalismo excluyente y supremacista o disidentes de la unidad europea que por supuesto los hay.

Puchimocho es allende nuestras fronteras el equivalente a los payasos y payasas que ya tenemos en España y sobre todo en Cataluña, instalados en el odio amplificador de los medios de difusión públicos, cobrando de nuestros bolsillos. Tertulianos miserables, periodistas por un plato de lentejas, actores de barato vodevil y hasta cómicos de pornográfico escenario, se dedican a contagiar su enfermedad a toda aquella buena gente que no ve ni oye más que las mentiras en directo por radio o televisión de una Cataluña encerrada en su propia placenta interior o aquella sociedad de base soñadora cuyo horizonte se fija en ser ricos, felices y comer perdices.

Acabando como empecé, hay siniestros personajes en la historia que pese a su toxicidad para el mundo, han logrado la inmortalidad aunque sea para mal. El personaje Puchimocho sólo ha conseguido ser siniestro y tóxico pero la historia no le concederá ni una línea. Su inmortalidad será sólo la celebración de la mortalidad humana y quizás tan solo el mundo del cómic de terror como los muertos vivientes aceptará su personajes porque créanme, no será aceptado ni en el mundo del erotismo o la pornografía que dentro de su escabroso cometido intenta mantener al menos la dignidad.

Mariano Gomá

Vicepresidente

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