Inexorablemente va acercándose el día en que España va a tener definitivamente la sentencia del Tribunal Supremo en relación al juicio de los políticos catalanes que perpetraron un auténtico golpe de estado institucional en Cataluña. Sabemos que por enorme meticulosidad y respeto que el juez Marchena haya derramado en las largas jornadas del juicio, las defensas de los acusados van a acabar presentando el expediente en el tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, La Haya y donde haga falta, argumentando una violación de los derechos fundamentales de los acusados y demás afrentas hacia personas de bien que lo hicieron todo como una broma, o no lo hicieron en absoluto, o no fueron conscientes de que lo hacían.
