Anda nuestro país revuelto los últimos años por las crueles sacudidas en principio de la crisis económica debidamente amplificadas por el obsesivo delirio de una porción del pueblo catalán por obtener una imposible y catastrófica independencia.
Para mayor desgracia, a todo ello se ha sumado una cierta dejadez o estado acomodaticio del conjunto de los ciudadanos españoles que, pese a todo, estamos viviendo un largo periodo de paz, convivencia y prosperidad en una también referencia ejemplar de Europa…
Fuente: El País
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